Mujer Lezaetana

Durante 60 años, hemos sido testigos del cambio del rol de la mujer en nuestra sociedad. El que ha dado frutos a grandes exponentes, para la educación.

En el marco de la conmemoración del 8 de marzo, día internacional de la mujer; quiero destacar y agradecer a las mujeres formadoras que han sido parte de la historia de nuestro proyecto educativo.

Agradecer a nuestra madre, la valiente y generosa, Virgen de Ayquina. Quien nos ha acompañado desde los inicios en nuestro quehacer. Potenciando con su valor, la formación de mujeres de fe, que evangelicen en el desierto. Que trabajan con amor, templanza, solidaridad y justicia, para construir una nueva sociedad.

A través de este saludo, insto a todas las mujeres de nuestra familia a continuar construyendo desde el amor. No tengamos miedos a romper paradigmas, acuñemos como un gran tesoro cada nueva habilidad y competencia, para servir en nuestras comunidades y así disminuir las diferencias y aminorar las brechas.

No perdamos de vista al prójimo. Utilicemos nuestros saberes para humanizar un futuro; donde prevalezca el amor, el respeto, la igualdad, la diversidad y la familia.

Recojamos el deseo de nuestros fundadores; los sacerdotes Faustino Ardanáz y Ramón Buxarrais, quienes, en 1959, iniciaron un largo camino para esta obra. La que debe su nombre a Monseñor Luis Silva Lezaeta, un evangelizador por excelencia.  Cuyo nombre instó a anunciar el misterio de la salvación. Además de su deseo de formar personas íntegras, justas y con una gran conciencia social. Lo que empezó como un Colegio para varones, en poco tiempo se transformó en un colegio mixto, siendo pioneros en la región en formar hombres y mujeres en las mismas dependencias.

Debemos seguir avanzando en equidad de género, es por eso que tenemos el deber ético de formar mujeres que sepan sus derechos y los exijan, pero sobre todo, que sean capaces de asumir deberes, tales como; Formar parte de directorios, liderar equipos de trabajo, asumir protagonismos políticos, dirigir comunidades laicas y religiosas, que sean también el rostro de una Iglesia nueva, es por eso que junto con saludarlas en este día, les pido que a las más chicas les entreguemos las mejores herramientas para que el siglo XXI sea el siglo de la mujer.         

Que Dios las bendiga y nos acompañe por siempre en cada uno de nuestros desafíos.    

DIRECCIÓN I.O.S.L

                           

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